En este país, nada ni nadie se salva, como diría el dicho “lo que hay en México es de los mexicanos” y como al cabo nada mas era tantito a un grupo de personas se les ocurrió la brillante idea de manchar con aceite las milenarias cabezas Olmecas del estado de Tabasco.
Roberto Conde Díaz, José Pablo Meneses y Wanda Aguilar, nunca
llamaron a las 23 esculturas dañadas en el parque Museo La Venta como “piezas
arqueológicas”. Durante su detención, el domingo 9 de enero, se refirieron a
ellas sólo como “piedras”.
Ninguno de los tres, al momento de ser
interrogados, estaba consciente de la gravedad del delito que habían cometido.
“Ellos simplemente nos dijeron que habían rociados las piedras con un
líquido para alejar las malas vibras de Tabasco”, recuerda Raúl Vallarino,
coordinador del Parque Museo y quien fue de los primeros en hablar con los ahora
indiciados.
La mezcla usada para manchar las pinturas de arriba hacia
abajo, y de izquierda a derecha –como si hicieran una cruz- contienen sales,
aceite y jugo de uva.
“No tienen nada de extraordinarios, son elementos
propios de los rituales religiosos: se usa el aceite como purificación; la sal
es el principio de la vida y quizá su uso aquí fue para absorber la energía de
esa piedra; y el juego de uva que alude al vino representa la resurrección ”,
explica en entrevista Gaby del Valle, especialistas en astrología.
La
experta en esoterismo cree que este ritual “tiene que ver con tratar de adquirir
la fuerza, no de las piedras en sí, sino de quienes las hicieron: una de las
primeras culturas Mesoamericanas, que influyó en las demás. Seguramente este
ritual trataba de adquirir esa poderosa energía de los Olmecas, quienes fueron
capaces de transformar pueblos enteros”.
Tal energía serviría para hacer
el bien, no para dañar a alguien. De Valle descarta que la intención original de
los detenidos haya sido “hacer mal a alguien”, para eso se utilizan otro tipo de
cosas, como veladoras negras o figuras vudú. “Fue una estupidez no les importó
saber si las esculturas se iban a dañar”..
Además de los líquidos, rezos
e invocaciones, el ritual muy probablemente incluyó numerologías y astros.
Pero que hay de las manchas, ¿se puede hacer algo por este pedazo de
historia? Lamentablemente no, el daño es irreversible.
1. La
mezcla es absorbida por la pieza y las sales penetran el basalto, la arenisca y
la serpentina con mayor rapidez que otras sustancias, posteriormente emergen
manchas de sales como costras sobre la piedra.
2. Los taninos del jugo
de uva tienen un fuerte tinte que mancha cualquier superficie de manera casi
permanente, aunque esta mancha pueda ser menos visible en razón del color de la
piedra.
Tabasco HOY
Ya para que me indigno, ya para que digo nada… la gran mayoría de la gente en este país esta dormida y todo les vale madres, al fin que no pasa nada.
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