Año nuevo...Con mal sabor de boca.

Parece ser que este inicio de año, también la iglesia católica iniciara con nuevas leyes en sus centros de congregación…

Después de la actitud retrograda y la postula intolerante que a tomado la iglesia católica entorno a la modificación de la ley del código civil que permite las bodas entre personas del mismo sexo y la posibilidad que ell@s adopten niñ@s. Aparte de que fue una de las pocas iniciativas que a mi parecer fueron buenas, si no es que la única, la quieren prohibir, ¿Por qué? Por homofóbicos, quizás si la aprueban sus esposas o esposos los van a dejar y se van a ir a casar con sus vecin@s, digo es lo único que se me viene a la mente u otra opción es que es algo que solo quieren para ellos, digo si no pueden lograr el “MATRIMONIO” entre Iglesia – Estado, de menos quieren conservar un privilegio.

Pero eso no es lo que me trae un mal sabor de boca, sino que también a varias personas, digo, yo no soy homosexual, pero pues no me han hecho nada soy chidos y pues al menos a mi parecer son como cualquier otro amigo o amiga que tengo… No cabe duda, teníamos que vivir en un “México así” lleno de gente estúpida y ¡¡¡con mierda en lugar de cerebro!!!

Pero bueno si la iglesia está representada por personas tan prepotentes, intolerantes y con una boca llena de idioteces… por algo me volví “Agnóstico”, por eso muchos son “Ateos”, “Satánicos”, “Luciferinos”, “Testigos de …”, etc… Si dicen que: “El PRD, es instrumento de “el maligno””, que “ni los perros se aparean entre dos del mismo sexo”, quien prefiere robarse el dinero de las limosnas que ponerse a trabajar, ponerse a cobrar por cosas a las que se supone tienen que se gratis por ser así la voluntad de su DIOS, ¡¡NO ES MAS QUE UNA MAFIA!! Con papeles en regla y seguidores crédulos.

Ahora bien solo cabe preguntarnos… ¿Quién actúa como instrumento del maligno… La Iglesia o el Estado? Sabiendo que la Iglesia, es una maraña de mentiras y de re-escribiendo libros a conveniencia o el Estado que escribe para las personas y pasa su conveniencia.